miércoles, 4 de julio de 2007

Maria sorobondongo y el parecido con UD.

Ella acusaba unos treinta años, de porte elegante, tenía un rubiode perfecto platinado, digno resultado de una buena inversión de tiempo en la peluquería.
El estèreo del auto delataba los cinco grados de un invierno que prometía heladasen el área suburbana; debajo, se anunciaba la llegada de Jamiroquai al sonido ambiental.
Maria volvía del Shopping que quedaba a pocas cuadras de su departamento.
No pasaron más que dos míseros minutos de trayecto cuando, a su celular de urgencias, recibió un llamado que solicitaba su presencia.
Gregorio Morcilla, tuvo un problema en aledaños cercanos, en una localidad de Gran Buenos aires.Gregorio Morcilla era un jefe como cualquier otro. Un reconocido defensor de leyes y de la gente que solicitara asistencia jurídica, siemprey cuando tuvieran el nivel socioeconómico para saldar deudas con su ego capitalista.
El estudio jurídico MORCILLA ASOCIADOS, cumplía 30 años desde su inauguración; pero su dueño, Gregorio, fácilmente tendríaAsegurados unos dos años de vida más, tenia un cáncer muy avanzado en la zona intestinal.Maria sorobondongo, su empleada de íntima confianza, lo sabía.
Es por eso que daba al viejo con todos los gustos.Ahora, parecía ser que el jefe había tenido un pequeño paro respiratorio en avellaneda.Maria no puedo evitar esbozar una sonrisa alegre.
Pero no eran momentos para denotar alegría, ensayó su llanto y, todo el poder teatral surgió Con la mas fina espontaneidad, y unos aires de dama buena solo comparables solo con actrices de épocas hollywodenses doradas. Mientras pasaba por una caLle paralela a las vías del tren, vio unas casillas, de donde salió una mujer.
Por su forma de vestir y por la casilla en ruinas, no fui difícil para Maria saber que esa mujer era de bajos recursos.La mujer sostenía a un bebe en sus brazos, parecía ser que el niño sufrió algún tipo de problema. O eso es lo que gritaba su madre.Maria dudo en brindar ayuda, podría llevarlas al hospital mas cercano, pero la idea de saber que se haría acreedora del prestigiosoEstudio en pocos minutos gano a su mínima humanidad. Y así siguió su viaje.Sentía alguna clase de remordimiento, pero quizás solo era un problema menor de aquella madre.Doblando en un cruce de camino, el estèreo marcó dos grados de temperatura. El bebe había muerto de hipotermia. Y en este mismo instante, el tiempo se detuvo. Cada cosa perdió su fricción y movimiento. Las gotas de la lluvia, que hace escasos minutos decoraban la noche, se inmovilizaron, cada una en su sitio, esperando su golpe contra cualquier cosa que estorbe en su camino.Las personas quedaron inmersas en una quietud perfecta, que las hacia inofensivas. Petrificadas.Sin embargo, Maria fue testigo de todo ese insólito momento perdido en una fracción eterna de instante.Maria bajó del auto y las gotas eran obstáculos imposibles de evadir.El niño en brazos de su madre fue traído a su mente por una fuerza desconocida para esta abogada.Seguida de una visión en donde el dinero y el poder eran sobrantes en su vida.

Y el mensaje fue claro. Ella debía decidir entre la vida de un niño desconocido, por la felicidad de una familia desconocida... y Por el bienestar permanente en su vida ya conocida.Y fue momento de decidir... dudo unos instantes, pero, eligió sin dudar...

Lo mismo que elegiría UD.

Damian Celaibe

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