jueves, 10 de septiembre de 2009

el gato.

Estaba esperando el amanecer. Pensaba, mientras cada minuto perdonaba a la luminosidad del dia.
Hay secretos que deben permanecer ocultos, misterios que son, solo por darle sentido a la palabra.
Y el esperaba el sol cada noche. Debia protegernos, era su deber. El solo llego, hace mucho tiempo, inadvertido. El no come, y desaparece cada mañana. El no bebe, pero siempre, como la luna, en la noche vuelve. Se pasea por el patio delantero. Es de color grisaceo, ese debe ser el motivo por el cual se confunde en las penumbras. Se sienta, de espaldas a la casa y mira, solo mira la infinita noche que se despliega ante sus ojos. Tan inmovil, juraria que es una estatua sino fuera por la costumbre de desaparecer cada mañana. Y el rumor de su omnipresencia que lo faculta a realizar el mismisimo ritual en cada casa del pueblo. Muchos nos preguntamos que es lo que observa en la oscuridad de la noche, en donde reina lo negro, donde la luz huye. Hay quienes creen que sube del mismisimo infierno, pero solo son teorias. Otros dicen que es un enviado del cielo, que cuida a los caminantes de los peligros que acechan. Es que en estos dias, cae sobre nosotros un castigo; ¡hemos pecado tantas veces!. Si se fija la vista en las tinieblas del horizonte, algo intenta acercarse, algo acecha el pueblo. Y el animal permanece sin miedo, observando. Sin embargo al asomarse el sol, desparece. Pero durante la noche vuelve como centinela, al patio de cada casa, en nuestro pueblo.
No reacciona a nuestros llamados, siempre inmovil, inalterable a nuestra presencia. y hay noches en las que se lo escucha llorar. Otras veces con sus alaridos ahuyentaria a cualquier demonio.
Si es dificil explicar como llega, es mas dificil entender su partida.
Justo antes del amananecer, desaparece sin delatar el truco; hemos vigilado, pero siempre durante una fraccion de segundo, en cualquier misero parpadeo, se hace aire. El motivo de su guardia es desconocido, pero creemos que su labor es necesario cuando las estrellas se alzan.
Ni las tormentas, ni los vientos colericos que comunmente sacuden el pueblo lo atemorizan. El dejara su puesto algun dia. Por lo pronto no le prestaremos mas atencion; Ni a sus peleas nocturnas, ni a su indiferencia, ni a nada que no podamos comprender.
Los ancianos del pueblo, dicen que el gato seguira firme, protegiendonos, labrando batallas campales con los seres que durante la noche aparecen, y cuidandonos de lo que no vemos. Dicen que es un angel. Pero durante la noche no veo sus alas.

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